La maldición del Pacha III, el lujoso yate de Carolina de Mónaco y Stefano Casiraghi en el que la princesa pasa sus vacaciones | Mujer Hoy

2022-08-13 14:46:15 By : Mr. Thomas Lai

La isla secreta donde Carolina de Mónaco se enamoró de Stefano Casiraghi y ahora se esconden Carlota y Alexandra

Fue un regalo de amor, aunque hay quien dice que contiene una maldición. Pero hasta ahora el Pacha III, el yate propiedad de Carolina de Mónaco, ha sido, sobre todo, punto de encuentro para la familia Casiraghi, sus nueras y su yerno, y todos sus nietos. Un lugar de felicidad que se repite todos los veranos sobre las aguas del Mediterráneo.

Este velero clásico fue comprado por Stefano Casiraghi y Carolina, en 1989, poco antes de que Stefano muriera en un trágico accidente náutico, con solo 33 años. Su nombre es una composición de las primeras letras de los nombres de sus tres hijos (Pierre, Andrea y Charlotte). La embarcación, con 36 metros de eslora y más de 80 años de historia, cuenta con un acabado original estilo años treinta y una estructura de aluminio.

Carolina respetó su belleza clásica, aunque, con el tiempo, renovó el barco por completo. Invirtió más de tres millones de euros para modernizarlo, añadiéndole, por ejemplo, aire acondicionado, máquinas de agua, calefacción, agua caliente y dos baños. Su interior cuenta con un comedor, cuatro camarotes, una suite principal, una cocina, un salón de estar, además de la cabina y los camarotes de la tripulación, incluyendo un chef y un mayordomo.

Mantuvo el diseño «vintage» de la cubierta. Su casco azul de acero se pintó de nuevo y las maderas de roble y teka fueron cuidadosamente barnizadas. Construido en 1936, en menos de seis meses, por el astillero británico Camper & Nicholson, en Southampton (Inglaterra), el primer dueño fue Walter Crooke, un veterano de la Segunda Guerra Mundial amante de los viajes en barco.

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Siguiendo su encargo, se construyó una nave segura, lujosa y cómoda, para navegar por el Canal de la Mancha y el Atlántico. Recibió el nombre de Arlette II. Esta considerado uno de los mejores yates clásicos del mundo. Los siguientes propietarios fueron Richard R. Dutton-Forshaw, distribuidor de coches de lujo, el empresario automovilístico Louis Renault y el pintor francés Bernard Buffet.

A pesar de la norma no escrita por los marineros que dice que no hay que cambiarle el nombre a un barco porque trae mala suerte, el Pacha III cambió cuatro veces de nombre hasta que la princesa Carolina y su esposo lo compraron y le dieron su actual título. Hubo quien relacionó el trágico accidente de Stefano Casiraghi con este hecho, meses después de adquirirlo.

El 3 de octubre de 1990, Stefano Casiraghi defendía su título de campeón mundial de offshore clase I, la Formula 1 de las aguas, al mando de la lancha Pinot de Pinot frente a la costa de Cap Ferrat. Aunque la mar estaba en calma, topó a más de 150 kilómetros por hora contra una pequeña ola. La Pinot de Pinot volcó a consecuencia de la colisión y el italiano quedó atrapado dentro. No pudieron salvarlo.

El interior del Pacha III, decorado por el interiorista de la alta sociedad francesa Jacques Grange, destaca también por su elegancia: moqueta de rayas, algunos muebles de diseño de Keith Haring, nudos marineros, butacas de estilo art decó. La cubierta de popa se convirtió en un salón de verano. Al barco se entra por una gran puerta batiente, que conduce a un gran salón flanqueado por ocho ventanales.

Carolina lo descubrió por casualidad en el puerto de Mónaco. No es una embarcación ostentosa, pero sí elegante y guarda un significado especial para su propietaria. Rainiero había tenido un barco similar, llamado Albercaro (Alberto y Carolina), en los años cincuenta.

Desde hace más de dos décadas, hemos visto al Pacha III surcar las aguas. Todos los Grimaldi son unos enamorados del mar y la navegación. A pesar de la terrible muerte de su marido, Carolina decidió restaurar y embellecer el que había sido su último proyecto juntos.

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El yate ha visto todas las historias de amor de los hijos de Carolina, en sus trayectos por la Costa Azul y otras costas del Mediterráneo. En 2014, Andrea Casiraghi y Tatiana Santodomingo fueron «pillados» por los paparazzi disfrutando de sus vacaciones familiares en el yate. También es asidua a esta aventura naviera familiar la princesa de Hannover, Alexandra, hija del tercer matrimonio de Carolina de Mónaco con el príncipe Ernesto Augusto de Hannover.

El verano pasado, pudimos verla con su novio, Ben-Sylvester Strautmann, disfrutar de su amor a bordo. Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo, que contrajeron matrimonio en una doble ceremonia en 2015, aprovecharon también el verano para pasar parte de su luna de miel con Carolina y toda la familia a bordo del Pacha III. En algún punto del mes de agosto, los Casiraghi volverán a unirse sobre las olas.

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