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España está llena de arte. Pinturas de todas las épocas, esculturas, restos arqueológicos y otras creaciones artísticas ocupan las salas de los más de mil museos que hay repartidos por todo el país. Algunas de estas creaciones son auténticos tesoros perpetrados por artistas nacionales de relumbrón internacional como Pablo Picasso, Salvador Dalí, Diego Velázquez, Francisco de Goya o Antoni Gaudí. Otros recogen piezas internacionales, heredadas del Renacimiento italiano, del románico, del modernismo o del pop art. Diversas corrientes artísticas que conviven entre sí en algunos de los principales museos de España.

Pese a que las grandes colecciones se encuentran expuestas en ciudades como Madrid o Barcelona, a lo largo y ancho de la península hay otros muchos museos igual de interesantes en cuyas salas se guarda la cultura y las tradiciones de distintas regiones: hallazgos arqueológicos, documentos científicos, descubrimientos, reliquias de antiguas civilizaciones y piezas de arte de diferentes épocas nos permiten conocer en profundidad parte de la historia de nuestro país, con un pasado colonizador lleno de guerras y conquistas.

Visitar todos los museos de España es un reto titánico. Los de esta selección resultan imprescindibles ya sea por su arquitectura, por la importancia artística de sus obras o por el valor histórico de las colecciones que contienen. 

Construido por el arquitecto canadiense Frank O. Gehry, los exteriores del Guggenheim de Bilbao ya son por si solos una obra de arte. Sus formas onduladas y suaves creadas en piedra, cristal y aluminio le han otorgado un carácter único. En su entrada, el enorme Puppy recrea los típicos jardines europeos del siglo XVIII. Los interiores, igual de inspiracionales que el resto del edificio, albergan algunas de las mejores colecciones del arte contemporáneo en sus diferentes formas de expresión. Entre sus obras más destacadas se encuentran la popular La materia del tiempo, de Richard Serra; La fuente de fuego, de Yves Klein; Los tulipanes, de Jeff Koons; Mamá, de Louise Bourgeois; o El gran árbol y el ojo, de Anish Kapoor.  

Situado en la antigua sede del Hospital General de Madrid, un edificio neoclásico del siglo XVIII, el museo Reina Sofía alberga en sus salas algunas de las mejores colecciones del arte contemporáneo español. Su obra más popular es sin duda el Guernica, de Pablo Picasso, que se expone junto con los bocetos de su creación y fotografías del proceso. Otros artistas destacados que se pueden contemplar en esta pinacoteca son Salvador Dalí, Joan Miró, Juan Gris, Ramón Casas, Santiago Rusiñol y otros internacionales como Kandinsky. 

El Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona está dedicado a las obras más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Sus diferentes salas albergan trabajos que hacen referencia a los años 50, lo más vanguardista de los 60 y 70, galerías fotográficas, esculturas de los 80 y grandes obras de artistas tanto nacionales como internacionales. Arte en sus diferentes formas de expresión que van acompañados de actividades, exposiciones temporales y conferencias que convierten este recinto en un punto de encuentro cultural imprescindible.  

El Centre Pompidou es conocido por ser uno de los mayores museos de arte de Europa. Ahora, la ciudad andaluza de Málaga puede presumir de tener entre sus ofertas culturales una sede laboratorio de este prestigioso centro parisino que pretende mostrar al público algunas de las colecciones más originales y creativas jamás realizadas. Con forma de cubículo compuesto por decenas de vidrios de diferentes colores, este museo guarda en su interior una importante colección de obras del siglo XX y XXI divididas en temas como la metamorfosis, los autorretratos, el hombre sin rostro, el cuerpo político y el cuerpo en pedazos. Entre sus exposiciones destacan el cine Dadá, surrealista, y el espacio dedicado a Frida Khalo. 

Es uno de los museos de arte más importantes de toda Europa. En él se encuentran las obras de más renombre de Diego Velázquez como Las Meninas, Las Hilanderas, El triunfo de Baco o Cristo crucificado. También los cuadros más ilustres de Francisco de Goya como La maja desnuda, El 3 de mayo, Saturno devorando a un hijo, La maja vestida o El coloso. El popular El jardín de las Delicias, de El Bosco; Las tres Gracias, de Rubens; Los chicos de la playa, de Sorolla; La crucifixión, de El Greco; o numerosos cuadros de Rafael, Murillo, Tiziano y Boticelli también decoran algunas de sus salas más concurridas.

Compuesto por grandes cristaleras de colores, el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León recibe al visitante como una obra más. Su llamativa estructura fue premiada en 2007 con el Premio Mies van der Rohe de Arquitectura Contemporánea de la Unión Europea. Las diferentes colecciones que se hallan en su interior transcurren desde los años 80 hasta la actualidad, aunque centrado especialmente en los hechos históricos y movimientos artísticos de Europa de finales de los 80 y principios de los 90. En total, más de 1.600 obras de más de 400 artistas de todo el mundo.

Este museo de art nouveau y art déco se encuentra ubicado en un antiguo palacio modernista de la ciudad. Su vidriera de colores de la fachada, como la que cubre el techo de su patio central, es por sí solo una pieza de arte que complementa al resto de vidrios que se exponen en la sala. Algunas de las colecciones más destacadas de este cristal son los modelos venecianos y de Bohemia, decorados con motivos de lo más artísticos. En total, la Casa Lis cuenta con más de 19 exhibiciones donde se pueden observar criselefantinas con motivos mitológicos, figuras de bronce, obras de joyería e incluso la mejor colección de muñecas de porcelana a nivel mundial.

La última residencia del artista catalán se encuentra en Figueras, en un antiguo teatro que fue destruido durante la Guerra Civil y que él mismo ayudó a reconvertirlo en museo. Su antigua habitación aún se conserva en una de las estancias, igual que su cripta, donde descansan sus restos. Solo hace falta echarle un ojo a su fachada para darse cuenta de que el propio edificio es otra de sus delirantes creaciones. En su interior encontramos algunas de sus pinturas más importantes como Port Alguer, Autoretrato con l´humanité, varios retratos de Gala, mobiliario, esculturas y objetos personales de Dalí.

Han pasado ya 36 años de la inauguración de este templo de la cultura romana que corresponde a los restos arqueológicos de la antigua ciudad Augusta Emerita. El edificio, inaugurado el 19 de septiembre de 1986, fue declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO por su valor histórico. En él se hallan más de 36.000 piezas desde la fundación de Augusta en el 25 a. C hasta la caída del imperio. La colección abarca esculturas y elementos de su antigua arquitectura, ilustraciones, mosaicos, utensilios y enseres de otras épocas como la visigoda. La mayoría de los objetos expuestos han sido extraídos de los antiguos yacimientos, a excepción de algunas colecciones de monedas y otros artículos de valor.

Foto: Casa Museo El Greco

Se trata del único museo de España dedicado a Doménikos Theotokópoulos, más conocido como El Greco. Aunque no es la vivienda donde residió el artista en Toledo, ni donde realizó la mayoría de sus obras, esta se encuentra ubicada en una antigua casa del siglo VI cercana a la original. El edificio estuvo varios años en rehabilitación. Su apertura definitiva tuvo lugar en 2011. Algunas de las obras más importantes que se pueden encontrar en sus interiores son: Vista y plano de Toledo, El Apostolado, El Redentor, San Bernardino, además de varios retratos del artista.  

El tercer vértice del conocido Triángulo del Arte del Paseo del Prado es la mayor colección artística privada de la familia Thyssen-Bornemisza. Se ubica dentro del palacio Villahermosa, donde se hallan más de 700 obras de artistas nacionales e internacionales del siglo XIV, XV, Pop Art y del arte contemporáneo. Algunos de los autores destacados son Van Eyck, Caravaggio, Rubens, Monet, Rembrandt, Van Gogh, Matisse, Munch, Juan Gris o Pablo Picasso.  

El museo Arqueológico Nacional está dirigido a divulgar y difundir la cultura y origen de las distintas regiones de España. Situado en el palacio de Biblioteca y Museos Nacionales de Madrid, este enorme edificio del siglo XIX cuenta con 40 salas donde se exponen más de un millón de piezas de diferentes épocas con las que conocer cómo ha sido la evolución de la sociedad española. Entre las diferentes colecciones hay material arqueológico, de la prehistoria, la Hispania romana, la Edad Media, Oriente Próximo, la Edad Moderna o sobre otras civilizaciones como la egipcia y la griega.

Fundado en 2010, el Museo de la Evolución Humana (MEH) está integrado dentro del proyecto de la Fundación Atapuerca, quienes se encargan de la investigación y los yacimientos arqueológicos de la sierra de Atapuerca. Constituye un referente en el proceso evolutivo del hombre, convirtiéndose así en uno de los museos más visitados de Castilla y León por el valor de sus colecciones y su labor de divulgación científica. Su edificio, diseñado por el arquitecto Julio Navarro Baldeweg, ha recibido más de 40 premios. En sus interiores se halla una exposición permanente con los fósiles encontrados en Atapuerca, además de distintas galerías sobre la evolución del hombre y la ciencia. 

Dos módulos perfectamente alineados para ofrecer las mejores vistas de la bahía conforman este nuevo icono de Santander diseñado por Renzo Piano. Sin embargo, este complejo es mucho más que una gran escultura-mirador. Está levantado para acoger la colección de arte de la Fundación Botín, así como organizar exposiciones que definen la contemporaneidad. Como muestra, Ellen Gallagher with Edgar Cleijne: A law… a blueprint… a scale, la primera retrospectiva dedicada a esta creadora en España. 

Ubicado en el inconfundible escenario del Convento de la Merced Calzada de la capital andaluza, esta colección destaca por ser un muestrario indiscutible sobre la pintura barroca sevillana, con obras de Murillo, Velázquez y Valdés-Leal, entre otros. Aquí el manierismo propio de este estilo se fusiona con la belleza de este edificio, en una experiencia que no deja a un lado a los artistas andaluces del siglo XIX. No en vano, uno de los iconos de esta colección es el retrato de Gustavo Adolfo Bécquer pintado por su hermano Valeriano Domínguez Bécquer. 

Sucesión de Eduardo Chillida y Hauser & Wirth. Foto Íñigo Santiago

El que fuera el caserío-taller del gran escultor vasco es hoy un prado artístico, una sucesión de esculturas gigantescas que dialogan con el entorno como si brotaran de la tierra. Un espacio singular, que acerca al viajero al complejo imaginario de este creador y que no tiene modo de empleo alguno: simplemente deambular entre estas piezas de acero, disfrutando de ellas, perdiéndose entre sus perspectivas y, como colofón, disfrutando del asombroso interior del caserío, donde obras más pequeñas de Chillida conviven con piezas de otros artistas y exposiciones temporales.

Joan Miró mantuvo una relación muy estrecha con Palma. Aunque nació en Barcelona, sus padrinos fueron mallorquines. Y esa vinculación familiar fue la que hizo que descubriera con la fascinación de un niño la luz y la naturaleza de la isla: “Mallorca es realmente un país muy hermoso, en ciertos lugares, todavía se encuentra la frescura de los primeros días de la creación”, dijo. La luz, el color y la naturaleza de Mallorca inspiraron su obra. La Fundación Pilar i Joan Miró propone una inmersión en la fascinante galaxia del artista. El plato estrella de la visita es visitar los antiguos talleres donde trabajó mientras recaló en la isla y que por deseo de Joan Miró quedaron igual que cuando los usó por última vez. Los aficionados a la arquitectura disfrutarán, además, con el racionalismo lírico de Josep Lluís Sert.

El IVAM encabeza la potente flota cultural que ha colocado los últimos años a Valencia como uno de los destinos urbanos más vibrantes. Abstracción, geometrías, crítica social, la Ruta del Bakalao, premios nacionales de las artes plasticas interviniendo la fachada, postmodernidas varias… todo esto y más -un fondo que cuenta con nombres como Richard Hamilton, Antoni Tàpies, Yves Klein o Alexander Caldertien- tiene cabida en el edificio del Instituto Valenciano de Arte Moderno, un contenedor racional diseñado por los valencianos Emilio Giménez y Carlos Salvadores. No es ese, sin embargo, su principal logro, sino el de abrir el arte contemporáneo a la ciudad y a sus visitantes.

Bajo las aguas de la Costa Cálida se pueden contemplar corales, diferentes tipos de peces, algas, cetáceos que se dirigen hacia el Atlántico, y hasta pecios hundidos. Un mar histórico que fue cruzando de banda a banda por disitnatas culturas y civilizaciones a lo largo del tiempo. Era obvio que Cartagena se convirtiera entonces en sede del Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQUA). Se llega al mismo siguiendo el luminoso paseo de Alfonso XII. El edificio es una joya del arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra, un proyecto que fue incluido en la exposición On-site: nueva arquitectura española del MOMA de 2006. En su interior, un espacio museístico que recrea el fondo marino y en el que se pueden ver entre muchas piezas de gran valor arqueológico, los dos barcos fenicios encontrados en Mazarrón o el tesoro de la fragata 'Nuestra Señora de las Mercedes', extraído del fondo del mar por la empresa cazatesoros Odyssey. El ARQUA, junto al Museo del Teatro Romano de Cartagena, diseñado por Rafael Moneo, y el Museo del Foro Romano Molinete, hacen de Cartagena un destino imprescindible para los amantes de la arqueología.

¿Cómo acabaron más de cinco décadas de coleccionismo de arte contemporáneo en la tranquila Cáceres? El interrogante (y su respuesta) ha sido suficiente para colocar al Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvearen en tan pocos años entre los museos de arte imprescindibles de España. Su propuesta se desarrolla en 3.000 m2 de espacio expositivo, donde esculturas, pinturas, instalaciones, fotografías y videoinstalaciones de la colección personal de la galerista Helga de Alvear entablan sorprendentes diálogos.

Ya sea por la esplendorosa colección de arte románico (es aquí a dónde hay que ir buscando los los frescos originales de Sant Climent de Taüll, por ejemplo), de gótico o de modernismo que alberga, o sólo por el edificio que ocupa, con uno de los miradores más bellos de la ciudad, el Palau Nacional de Montjuïc, construido para la Exposición Internacional de 1929, es un auténtico imprescindible de la ciudad de Barcelona. Además, el museo no para de crecer y hacer propuestas contemporáneas en algunos de sus sus espacios. Tampoco hay que quitarle ojo a la programación de exposiciones temporales que presenta durante el curso.

Aunque estos últimos años, el Centre Pompidou Málaga sea la joya de la corona, todo el mundo que viaja a Málaga sabe que tiene una cita imprescindible con Picasso. El Palacio de Buenavista (San Agustín, 8), situado en pleno centro histórico de la ciudad, alberga una de las colecciones más impresionantes del artista, suficiente como para narrar todas y cada una de las etapas por las que transitó de forma profusa. La sede, declarada como Monumento Nacional en 1939, fue rehabilitada y ampliada de forma elegante.

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