Una casa amarilla en Barcelona que destaca por su ligereza visual

2022-08-13 14:43:33 By : Ms. Olivia Duan

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Periodista especializada en arte y cultura visual

Entre las masías y casas del principio del siglo XX, y otras construcciones más estándar, la zona de los accesos posteriores del Park Güell, en Barcelona, esconde una propuesta arquitectónica que destaca por su carácter áereo, su estructura ligera y su alegre color amarillo. La Casa Collumpio, diseñada por el estudio de arquitectura Mach, "tiene como objetivo enmarcar y cerrar un pedazo de aire en este punto de Barcelona", aseguran los arquitectos, "y pone el énfasis en sus principales elementos constructivos". Mientras la planta baja, relacionada con el jardín, se configura como un basamento pesado en hormigón, las dos plantas superiores se apoyan sobre él en una estructura metálica abierta al paisaje y al la luz natural. Los espacios interiores giran en torno a una pieza central que hace la función de baño y de almacenamiento. Los diferentes muebles, algunos de obra, contribuyen a la función polivalente de los espacios en esta casa flexible. "La vivienda está pensada para cambiar junto con sus habitantes, abrir y cerrar nuevos espacios", explican los arquitectos. Su otro elemento característico es el llamativo color amarillo, que le da carácter y plantea un juego cromático con el entorno.

Entre la colina del Coll y la colina del Carmel, a un lado del curso alto de la antigua riera de la Farigola, la calle de Pere Llobet y del Portell, enmarcan la zona en la que se encuentra Casa Collumpio. Un proyecto del estudio Mach que propone una arquitectura austera y honesta adaptada a las necesidades del cliente. "Se propone una casa totalmente abierta capaz de adaptarse, pudiendo cerrar y abrir espacios según la voluntad del cliente. Para esto se concibe una estructura muy clara para cerrar este espacio de parcela y que dará valor tanto exterior como interiormente a la casa", cuentan desde Mach. 

La casa responde a una arquitectura industrializada, muy cercana a la construcción prefabricada, quitando el basamento de hormigón armado y el forjado cerámico unidireccional de viguetas metálicas. "Aún así, las casas prefabricadas se diferencian por la construcción off-site (en fábrica) de grandes paneles que conforman la casa y pensado para repetirse, mientras esta construcción combina elementos conformados en taller con la construcción on-site", señalan en el estudio. "Estos se caracterizan por ser de dimensiones pequeñas y capaces de ensamblar en obra con gran rapidez. Por ejemplo, la estructura metálica se confeccionó plenamente en taller pero se terminó de ensamblar en la parcela en dos días, de la misma forma que el forjado de madera que se pudo colocar en un día completamente". 

El mayor reto fue encajar un presupuesto muy ajustado por parte del cliente y conseguir un resultado óptimo con los mínimos elementos para dar valor a todos los espacios, tanto a nivel de calidad de espacio como de luz o de relación entre ellos. Así, los materiales básicos aparecen en su forma más natural y ponen énfasis en las proporciones de los distintos espacios.

El proyecto responde de distintas maneras constructivamente en cada planta. Mientras en la planta semisótano respecto a la calle, se prioriza una construcción más tradicional y más ligada al terreno, más pesada, en las plantas superiores predomina la estructura en acero y forjados ligeros. Los interiores se configuran principalmente con cerramientos de estructura metálica y cartón yeso, cosa que permite flexibilidad y la posibilidad de cambiar o ampliar las distribuciones. 

A nivel de sostenibilidad, se ha evitado la generación de residuos. A ello ha contribuido la decisión de utilizar el mínimo de materiales posibles y de acabados, así como el trabajo y confección en taller.

La buena orientación de la casa permite la mayor parte de los meses fríos evitar la calefacción y en verano el aire acondicionado gracias a la ventilación cruzada de la casa. "A pesar de que aparentemente la casa no cuenta, de momento, con protección solar su orientación y ubicación en el tejido urbano, la altura del edificio vecino reduce las horas de sol significativamente, permiten un buen uso sin la utilización de sistemas activos", explican los arquitectos.

En toda la vivienda se ha mantenido un uso de tonos neutros y materiales como la madera y el hormigón. El marcado carácter industrial se combina con un estricto minimalismo, incluso en estancias como el baño, que cuenta también con abundante luz natural como el resto de la casa. 

Las paredes con hormigón visto, dan carácter a la planta baja de la casa, que gana en peso visual. Estéticamente, el material conecta a estos espacios con un carácter más terrenal y menos aéreo que el de las plantas superiores. 

La conexión dentro-fuera, es una de las claves que marcan el diseño de toda la vivienda. En la zona común principal, donde se encuentra el módulo de la cocina, el baño y el espacio de almacenamiento, hay un acceso directo al patio que prolonga y amplía los espacios. 

Escondida entre edificios humildes, la Casa Collumpio es una propuesta contemporánea que destaca por su color y su estética industrial. 

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